Laguna Amarga
¿Sorprendido, verdad? Mi promesa era ayudarte a capturar la postal perfecta de Torres del Paine y no se me ocurrió un mejor lugar para hacerla que frente a la majestuosa Laguna Amarga que ahora nos saluda, luciéndose en todo su esplendor.
Encallado en las faldas del Cerro Toro, este espejo verde azuloso atrapado entre macizos obtuvo su nombre por las aguas de alto pH que le dan su característico sabor. Y esas piedras blancas que coronan sus orillas son estromatolitos de carbonato de calcio, formaciones rocosas presentes en pocos lugares del mundo. Por eso, las que observas aquí solo tienen su igual en el Salar de Llamara y en ciertas lagunas australianas.
¡Mira, estamos de suerte! Una bandada de flamencos se toma un descanso en Laguna Amarga, haciendo nuestras fotos aún más hermosas. El cielo azul totalmente despejado también está a nuestro favor y nos permite divisar los picos de las Torres del Paine sin problemas.
Como nos ha tocado tan buen tiempo, te propongo avanzar un poco más y dirigirnos a la portería de Laguna Sarmiento, a solo 2 horas desde aquí. Es un sendero muy fácil de recorrer, prácticamente una línea recta, donde podremos disfrutar plenamente de la fauna del parque. Veremos guanacos, ñandúes y quien sabe si el destino nos bendice con el avistamiento de un puma, el “león de la montaña”, tan codiciado por documentalistas y fotógrafos que visitan el parque.