Villa Cerro Castillo
A 300 kilómetros al norte de Puntas Arenas, un poblado de techos rojos y paredes blancas se yergue majestuoso como una joya entre cielos azules y verdes prados. Así es la capital de la comuna de Torres del Paine, orgullosa de su origen gaucho, de su mate y de su gente. Bienvenido turista, bienvenido viajero a las tierras de Villa Cerro Castillo.
La escultura de un bravo caballo parado en sus dos patas confirmará tu llegada al lugar. Es uno de los tantos homenajes al fiel compañero del hombre gaucho que también podrás ver en señaléticas, decoración y, por supuesto, en su versión en carne y hueso, acarreando a los corderos que tan generosamente proveen de lana y carne a la gente de la zona.
¿Has probado el cordero al palo? ¡En Villa Cerro Castillo es una especialidad! Un exquisito asado cocinado por horas a fuego lento para luego derretirse en tu paladar. ¿Y cómo no mencionar el churrasco patagón? Un sándwich hecho con deliciosos trozos de carne, cuatro huevos fritos, cebolla y queso, todo contenido en un crujiente pan amasado. No olvides pedirlo si hace frío y pretendes hacer largas caminatas, pero si lo tuyo es lo dulce, tienes que degustar la dulce mermelada de ruibarbo y naranja.
En tu primera visita recuerda comer los oscuros frutos del Calafate, ya que dicen que quien lo hace se asegura la visita a estas tierras patagónicas y yo tengo la certeza de que querrás volver. De seguro, la gente y los parajes de Villa Cerro Castillo conquistarán tu corazón.