Salto Grande
Bordeando el Lago Pehoé, podemos ver a lo lejos nuestro próximo destino: una imponente cascada llamada el Salto Grande. Para llegar hasta su mirador, esta vez decidimos transportarnos en auto, como lo hacen muchos turistas que recorren la zona, y hacer uso del embarcadero que conecta el lago con el sector de Pudeto.
Aunque es una caminata sencilla hasta el mirador, ya nos advirtieron que el frío y el fuerte viento podrían jugarnos una mala pasada. Por esa razón, vamos equipados con un buen abrigo, gorro y pantalones repelentes al agua para que nada nos impida disfrutar de este atractivo turístico.
A sólo dos kilómetros de la ruta principal, el mirador Salto Grande sorprende por su imponente caudal de agua que nace del lago Nordenskjöld. También impacta el paraje que lo rodea, marcado todavía por los estragos que causó el incendio del 2011. Troncos quemados y suelo erosionado son los testigos silenciosos de una tragedia que acabó con miles de verdes hectáreas. Aún así, la vista es hermosa.
Nos quedamos como hipnotizados por la cascada de 10 metros de altura que se funde con el lago Pehoé, tanto así que por instantes se nos olvida el viento que golpea constantemente las ropas y el hambre que ya empezamos a sentir en nuestros estómagos. Y sin aviso, somos sacados del encantamiento por un turista argentino que amablemente nos saluda, animándonos a visitar el Mirador Cuernos. Llegar allá sólo nos tomaría una hora. ¿Vamos?