Lago Sarmiento
Desde un mirador, nuestros ojos imprimen la primera de las muchas postales que atesoraremos del Parque Torres del Paine. Es el Lago Sarmiento que despliega con orgullo los 90 kilómetros cuadrados que lo coronan como el más grande del santuario y que, a diferencia de otros lagos de origen glaciar presentes en el parque, éste debe su origen a las lluvias que le concedieron eL azul intenso que ahora admiramos.
Aquí pareciera que el viento nunca se cansara de soplar, desdibujando el reflejo que el macizo Paine y el nevado monte Almirante Nieto tratan de imprimir en este lago. ¿Puedes notar ese borde blanco que rodea sus orillas? Esos son los trombolitos, fósiles vivientes de carbonato de calcio que comenzaron a formarse con la última glaciación hace unos 10.000 años atrás y que cada año crecen apenas un milímetro.
Si te animas a seguir recorriendo, a sólo dos horas de aquí se encuentra Laguna Amarga. Es un trayecto sencillo en línea recta que destaca por su riqueza en fauna animal, algo que no deberíamos perdernos. Durante nuestra caminata, podremos divisar guanacos de pelaje rojizo y a los imponentes ñandúes de casi un metro de altura, también a águilas y halcones de la zona. Incluso quien sabe si hasta observamos un puma, el león de la montaña, que rara vez se muestra a los turistas.